Capítulo 7 Gale. Parte 1

Cuando despierto, a parte de no sentir la pierna, veo que está recubierta de una cosa blanca y dura, y me quedo observándola hasta que llega Madge.

   -Hola Gale ¿Qué tal andas? -bromea

   -Ja-ja, muy graciosa -respondo sonriendo. Ella se ríe, feliz.

   -Oye, me tengo que ir un momento, si quieres puedes ir a ver la tele mientras -dice, ofeciéndome una mano.

   -Claro -respondo, ayudándome de ella para levantarme.

Me guía por un largo pasillo, con paredes verdosas recubiertas de cuadros de frondosos bosques e impecables playas, una alfombra amortigua el sonido de nuestros pasos mientras avanzamos hacia una puerta que da a un amplio salón, menos decorado que el resto de la casa y extiende una mano apuntando a un sofá negro.

   -Volveré enseguida, tu puedes ver lo que quieras. Ahí está el mando -dice señalando a una mesita.

   -Gracias -sonrío.

   -De nada -responde, y me devuelve la sonrisa. Después se da la vuelta y se va.

Cojo el mando y me siento en el sofá, entre un montón de cojines. La enciendo y veo que están repitiendo el desfile de las carrozas. Ya están saliendo los primeros distritos, con sus trajes rosas, dorados, blancos... todos igual de extravagantes y Caesar habla de cuán increíble es la forma el la que los trajes "reflejan claramente el carácter de cada Distrito".
Recuerdo los anteriores atuendos del 12. La mayoría de las veces iban vestidos de mineros, llenos de mugre y suciedad, aunque lo peor fue una vez que les hicieron ir desnudos, solo con una capa de polvo encima. Rezo para que a Katniss no le hagan pasar eso.

Entonces aparece una cosa brillante al fondo del todo. Cuando Katniss y Peeta salen completamente, el público empieza a lanzarles flores y  a gritar, aunque no menos que los dos presentadores, que no paran de alargarles, a ellos y a sus talentosos estilistas.
Pero esto no es de extrañar, no se puede apartar la mirada de ellos; envueltos en llamas, sin duda, eclipsan totalmente al resto de los tributos. Kat se ve asombrosa, el fuego se refleja en sus ojos, haciéndoles lucir peligrosos, pero a la vez asombrosamente hermosos. Así es ella. Completamente impresionante, es capaz de hacer callar a todos los demás solo siendo ella misma. Una ola de orgullo me inunda, y sonrío, contento por lo que están logrando.
Cuando se dan la mano las ovaciones se duplican y siento algo desagradable en el estómago.
Hacen una pareja preciosa, allí, ante los ojos de todo Panem, rodeados de fuego, no puedo evitar sentir algo    totalmente nuevo para mi.
Siempre pensé que Kat era solo para mi, que no se fijaba en nadie más. Que no sentía nada por nadie más. Sin embargo, ahora la veo mirar a Peeta de una manera tan especial, como si le debiera algo que no puede pagar.
La sensación de leve asfixia dentro de mi no se puede comparar con lo traicionado que me siento en este momento e intento pensar en otra cosa para que la rabia dentro de mi no explote. Celos. Es horrible.

Aunque seguramente no habrá sido idea suya.

Cuando llegan al final del recorrido Snow les da la bienvenida a los Juegos y les desea, Que la suerte esté siempre, siempre de su parte.

Luego enfocan a unos seis hombres, sentados en torno a una mesa hablando de ello. Apago la tele y me abrazo a un cojín. Entierro la cabeza en él intentando tragarme el nudo que se me ha formado en la garganta.